Pandemia de capitalismo neoliberal

Todas las versiones de este artículo: [English] [Español] [français]

Frente al virus, los humanos redescubrimos nuestra fragilidad.
Pero la pandemia revela otras cosas sobre nuestra sociedad...

Por Alter Summit, el 27 de marzo 2020

La falta de preparación de los Estados europeos, su complacencia, los obligó a tomar medidas de emergencia radicales como la contención indiferenciada. El confinamiento es, por supuesto, necesario para aliviar el sistema de salud, pero tiene graves consecuencias en la vida de las personas y representa una suspensión de facto de muchos derechos fundamentales y más represión en los barrios populares.

A pesar de la confinamiento, la mayoría de los estados obligan a su población a ir a trabajar; no pueden ver a sus familiares o amigos, pero sí a sus colegas. ¿Dónde está la lógica? Dotados de poderes especiales, los estados anuncian la abolición de las vacaciones, la ampliación de las horas de trabajo en ciertos sectores. Pero no se trata de requisisionar fábricas para hacer las máscaras o ventiladores que salvarán vidas.

Los recortes en los servicios de atención de la salud se producen a costa de cientos de muertes. La falta de personal y equipo básico como resultado de un pensamiento a corto plazo, la lógica de las pequeñas economías, el justo en tiempo, es criminal. Sin embargo, desde hace varios años, se han producido importantes movilizaciones en muchos países europeos para denunciar la situación de los hospitales públicos y la atención sanitaria en general.

Los estados anuncian, uno tras otro, la liberación de cientos de miles de millones de euros para hacer frente a la crisis económica que se avecina. La Unión Europea suspende sus tratados de austeridad. ¿Pero para salvar a quién? Primero los mercados financieros, luego los grandes grupos industriales afectados. ¿Qué queda para los servicios de salud o la población? ¿Que queda para la clase trabajadora que pierde su empleo, ve reducidas sus prestaciones, o bien tiene que seguir desempeñando sus trabajos sin las mínimas garantías para su salud y la de sus familiares?
Algunos estados prohiben directamente los despidos otros dan carta blanca a las empresas para hacer despidos colectivos, y muy pocos adoptan medidas para proteger a los colectivos más precarios, como las empleadas del hogar, les repartidores o el personal de las empresas de trabajo temporal. Esto terminará provocando un mayor empobrecimiento de la clases populares y trabajadoras.

Los Estados más ricos del Planeta son incapaces de organizar la satisfacción de las necesidades sociales básicas de sus poblaciones. Lo que esta crisis revela es la violencia mortifera del capitalismo. La violencia que ha plagado a los pueblos del Sur durante tanto tiempo y que hoy en día golpea con toda su fuerza a aquellas y aquellos que pensaban estar a salvo.

Esta pandemia muestra la mediocridad de los que nos gobiernan pero sobre todo para los que trabajan. Si dejamos que lo hagan, los cientos de miles de millones de dólares en ayuda saldrán de nuestros propios bolsillos. Esto resultará en más recortes en salud, educación, pensiones y servicio público, nuestras únicas protecciónes colectivas.

La UE muestra su verdadera cara: la ausencia de una Europa social y solidaria que garantice medidas para abordar de forma coordinada la actual situación, preservando los derechos y las necesidades de las personas, frente a los intereses económicos de especuladores y multinacionales.
Más fundamentalmente, esta crisis es una crisis del capitalismo mundial, de su agroindustria, que está destruyendo los hábitats naturales permitiendo que surjan cada vez más virus; una crisis de conectividad mundial que le permite viajar rápidamente sin frenos, una crisis de logística mundial que deja a nuestros "grandes" países sin las herramientas para luchar contra el virus.

Esta pandemia mundial es un grito de alarma para los pueblos del mundo que nos recuerda los peligros del cambio climático y ante el cual no podra haber confinamiento. Organizarse ante esta crisis sanitaria ya es organizarse para las luchas de mañana.

El mundo tendrá que cambiar o estaremos perdidos, más rápido de lo esperado.
¡Ánimo a todos! ¡La lucha sigue!


El 7 de abril es el Día Mundial de la Salud
Alter Summit une sus fuerzas con la Red Europea contra la Comercialización de la Salud, el Movimiento para la Salud de los Pueblos y la FSESP en la acción de "hojas blancas" destinada a aumentar nuestro apoyo a los sistemas de salud pública que están muy alejados de las lógicas de mercado*.
Leer nuestro comunicado comun

Escriba mensajes de apoyo a los cuidadores y cuélguelos en su ventana con el hashtag #Health4All.
Encuentre todo el material necesario aqui

Puedes enviarnos tus fotos a info@altersummit.eu

*La crisis del coronavirus revela de manera dramática la necesidad de contar con sistemas de salud pública bien dotados de recursos y accesibles a toda la población. Estos mismos sistemas se han debilitado por décadas de desinversión y recortes presupuestarios propugnados por las políticas neoliberales para promover la mercantilización del sector.

Esta mercantilización -que se refleja en el desarrollo de actores privados lucrativos pero también en el establecimiento de lógicas de gestión en las entidades públicas-, así como la lógica del beneficio que la acompaña, son obstáculos para una respuesta sanitaria urgente y coherente dirigida a toda la población.

Para hacer frente a esta crisis sin precedentes y prepararse para las que se avecinan, los Estados deben retomar el control, reforzar los sistemas de atención de la salud con personal y equipos adicionales, y requisar o nacionalizar, si es necesario, los recursos que actualmente están en manos privadas y devolverlos al servicio del bien común.